Meditando

He cambiado, he cambiado mucho, sobre todo en los últimos meses, sé que ya no soy la misma, mi mente, mi corazón, y mi escencia han cambiado.

He estado escribiendo unos mail que enviaré el día de hoy, en uno de ellos les digo a algunos que consideré mis amigos, que si me necesitan pueden contar conmigo que en mí tienen una amiga, y hoy me pregunto si eso es verdad, si realmente seré después de todo una amiga, simplemente respondo, "no lo es", algo se rompió y algunos pedazos del cristal de la amistad se fueron con el basurero y otros por el caño junto al barro que lanzaron.

No, la amistad ya no existe, el significado de las reuniones del grupo de amigos que se hacía los fines de año para mí perdieron sentido, porque ahora siento que los discursos que se daban eran sólo palabras que se los llevó el viento y en este tiempo, me he dado cuenta, que no sólo las palabras fueron adornadas de frases bonitas, sino que también las sonrisas y los abrazos así como el significado de la palabra "amigos", todo era futil y nada de eso era producto de un sentimiento como lo era de mi parte.

Hoy estoy aquí, en casa, tratando de descubrir qué siento, no es sencillo, sólo sé que siento un dolor en el pecho y un nudo en la garganta por haber creído que la amistad existía. Y talvez desde hoy piense y sienta que los amigos los cuento con los dedos de mi mano y el mejor es quien se refleja en el espejo cuando me miro. O será mejor decir, ¿amigos, existen realmente o es una invención de la mente para creer que se pertenece a un grupo y no sentirse solo en este mundo mezquino?

He cambiado y hoy, mis cimientos se han removido. Talvez le dé la razón a alguien con quien converso muy a menudo por internet, con quien a veces tengo esas largas conversaciones que me hacen meditar, a quien después de haberle refutado mucho sobre el tema, talvez sea preciso decirle, "tienes razón, los amigos no existen".

Pero...
Ese pero lo dejaré para meditarlo después.

Sólo sé que de ese mensaje borraré esa frase de la amistad porque hoy no lo siento, y si no lo siento, no es verdad y a pesar de mi edad, no me he aprendido a mentir todavía, al menos no cuando se trata de sentimientos. Tal vez es esa frase la que no encaja en el mensaje, por eso he detenido su envío, lo meditaré más tarde.