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Pensando...Un poco de Historia

Un amigo, me preguntó el viernes, si de verdad me gustaban las mujeres y yo le dije que sí, pero es algo que él no entiende, y le hice la analogía en función a la relación de él con los hombres y con las mujeres, pero claro, aclarándole que no soy hombre, y por lo tanto no miro con esos ojos ni esos pensamientos, simplemente son sentimientos. Y en eso he estado ahora, pensando sobre mi forma de sentir.

Hace años me enamoré de un hombre encantador, de esos que talvez ya no existen; le dije a una amiga, que él fue el que debió haberse quedado en mi vida, el que debí haber dejado entrar en mi vida.

El era de esos que te abrían la puerta del taxi para entrar, que te daban su casaca si sentías frío, de esos que te retiraban la silla para sentarte y se levantaba cuando te ibas a retirar; de los que te esperaban y te regalaban una sonrisa cuando te acercabas; el que se amanecía en la biblioteca haciendo cola en tu lugar, y yo toda fresca, llegaba me ponía en su lugar, daba mi carné y luego nos íbamos a desayunar; ¡Dios!, era perfecto, y no sólo cuando salíamos, sino cuando estudíabamos; cuando conversábamos podía sentir que su alma era maravillosa, su forma de pensar en cuanto a la pareja, la familia, el amor, en fin, era de esos que no sé si existen aún. Era simplemente perfecto, pero...

Bueno, sí, el bendito pero...

Un día hablando de sexo, tema frecuente entre amigos de la universidad, él simplemente me dijo que no usaba preservativo porque no tenía posibilidades de contagio. Recuerdo que nos hicieron una encuesta y yo seguí con él con el tema, como siempre uno a uno. Yo me quedé :O y le espeté su falta de cuidado, conversamos más y a medida que conversábamos del tema el encanto se fue desinflando, el príncipe se convirtió en sapo, y sólo porque no usaba preservativo y con eso se quedó como amigo; el eterno amigo que un día me di cuenta, cuando me dijo que se iba a casar, que simplemente, lo amaba y que ya era tarde para hacer algo y nos alejamos, tanto así que ahora no sé nada de él y no sé si él sabe algo de mí.

Hoy lo recordé, lo he estado recordando desde hace un buen tiempo, a decir verdad, nunca lo he olvidado, hay un lugar en mi corazón, en el que se quedó un bonito recuerdo de ese amor que surgió en la universidad. El único hombre que amé, porque lo amé como no he vuelto a amar, luego de él, no hubo nadie más, me duró casi 10 años el sentimiento por él, hasta que llegó ella, quien con un simple gesto travieso, después de algunos meses de compartir como amigas, simplemente me enamoró.

Yo mucho mayor que ella; Ella en el último ciclo de la carrera, me buscó como amiga, sabía lo que quería y yo simplemente amistad tenía, ¿qué más podía darle a una mujer alguien que estaba súper segura de ser hetero?; sin embargo, su forma de ser, su ternura, sumada a la forma cómo asumía la responsabilidad en el trabajo y las travesuras que hacía para distraerme del mío cuando más concentrada me encontraba, me hizo que la tomara en cuenta cada día. Un día no se presentó a la hora señalada, yo estaba echando chispas por su impuntalidad, ella sabía que eso me desquiciaba, tenía preparado lo que le iba a decir cuando la viera o se comunicara, pero llegó y con su sonrisa fresca me hizo olvidarlo todo, la furia que tenía se convirtió en preocupación y luego los latidos del corazón no se ubicaron; para ese día yo ya estaba perdida. Al poco tiempo, sería el primer beso, la primera caricia y la primera estampada en la pared, jajajaja.

Con ella en mi vida, me convertía en bisexual, para darle una definición a la forma de sentir. Yo por mucho tiempo pensé que sólo lo era porque era ella quien provocaba el sentimiento, por ella y nada más que por ella, porque cuando salía con ella, las mujeres no existían; luego de su partida, pensé que nunca más habría una mujer en mi corazón, pero me equivoqué.

A estas alturas de mi vida puedo decir que un hombre me hace voltear la mirada, pero una mujer me enamora, me seduce, me encanta, me atrae; una mujer hace que mi corazón palpite con fuerza y me provoca más que una sonrisa; pero como la mayoría de personas en este mundo independientemente de la forma de amar, no es algo que sienta por todas las mujeres, sino por alguien en especial, con algo especial que aún no descubro qué es, sólo sé que mi corazón tiene razones que mi razón no comprende y talvez no comprenda jamás.

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6 comentarios:

Zara dijo...

Qué bonita la historia.
El corazón es incomprensible.

Sph dijo...

Definitivamente lo es, pero es lo que nos hace sentir que estamos vivos :)

Gracias por pasarte :)

El árbol que nunca dió manzanas dijo...

He descubierto tu blog no se cómo pero me alegro¡¡
Escribes lo que siento, con las palabras exactas, con la sensatez perfecta, con la naturalidad que deseo en mi vida y que nadie comprende.
A partir de ahora cuentas con otra lectora.
Gracias.

Sph dijo...

Hola Manzana, Gracias :)
Feliz año, que todo te salga maravilloso :)

un abrazo

Anónimo dijo...

Qué recuerdos me trae esta entrada, también mi primer amor fue… Entonces era muy joven y mi lesbianismo no había aflorado. Todos se empeñaban en tratarnos como pareja mientras nosotros lo tomábamos a broma pero estábamos encantados de la afinidad y el cariño que nos unía, de tener los mismos gustos, disfrutar con las mismas trastadas!… ;o)
Le perdimos en un desgraciado accidente. No llego a imaginar como en tu caso, haber perdido su amistad, era un verdadero encanto de persona, divertido, rebelde, inconformista!...

(Hasta aquí puedo escribirte en casa porque no se me guardaron más entradas que las que tienes marcadas, jo). Podría seguir ahora pero es que no puedo, toy en cyber y he de mirar unas cosillas.

Sph dijo...

Gracias wapa por pasarte, ya sabes, medios para comunicarnos existen :) eso es lo bonito.

Pues sí que has comentado, eh!!.

besitos
Y muchos abrazotes :)

Cuídate y no te pierdas mucho