Estamos 28 de julio, día de la independencia peruana, no hablaré sobre eso sino sobre lo que en los últimos dos años pasaba en mi vida por esta fecha.
En el 2007 estaba completamente destrozada, una verdad que se reveló por los labios de otra persona me fue aniquilando poco a poco y yo estaba en esa lucha de buscar justificar a quien no tenía justificaciones, sintiéndome culpable de todo y tratando de continuar con mi vida, intentado rehacer los sueños rotos. El corazón estaba destrozado, este mes fue el mes con el que empezó la caída en una pendiente de 90°. Debo reconocer que me había estado cayendo mucho antes de saberlo, pero la pendiente no era tan empinada, tenía fuerzas para levantarme y lo hacía poco a poco; sin embargo, luego de saberlo fui de picada al más absoluto infierno. En julio del 2007 estaba buscando justificarla y tratando de asimiliar todo lo que me había pasado.
En el 2008 había recuperado algo de mi vida pero no pude irme de viaje porque las cosas se pusieron complicadas y los recuerdos llegaron con fuerza y sentí la necesidad de ella. De nuevo me empecé a cuestionar, a tratar de entenderla y de nuevo me sentí culpable de todo, recordaba las conversaciones con ella sobre las mentiras de las personas que me rodeaban y me sentí responsable de su mentira aniquilándome de nuevo por estos días. El año pasado la necesité más que nunca o puedo decir como siempre, ahora es difuso no lo sé, sólo sé que me odié por seguir amándola a pesar del tiempo que había pasado, y el no poder continuar con mi vida me dolía más todavía. Fue la fecha en la que me dejé llevar por mis instintos , me embriagué de ella pero no fue suficiente, mandé al diablo todo y me sumergí de nuevo en las pastillas, las que me habían acompañado todo el año pero había dejado de tomarlas con la frecuencia que lo había hecho antes, y me pasé la temporada dopada para no sentir nada.
Y ahora, 2009, su recuerdo vino a mi mente de nuevo y ya hizo estragos de nuevo, ayer fue la última en la que no pude parar y hoy simplemente estoy escribiendo lo que ha pasado estos últimos tres años. He suspirado profundamente, sé que aún me duele, pero he prometido aprender a vivir con eso, ya no cuestionarme, ya no justificarla, ya no culparme, porque yo no tuve la culpa que mintiera de la forma que lo hizo, mi culpa es el haber confiado en ella ciegamente; pero ya no me culpo, porque si sigo haciéndolo nunca voy a salir de este infierno que se ha convertido mi vida; simplemente ahora cuando el inconsciente la trae al presente me digo: ella era también un ser humano, y los humanos mentimos por naturaleza; y me miento que ya no la amo porque también soy un ser humano.
En los tres años no he dejado de desear que sea feliz y que los éxitos la acompañen a lo largo de toda su vida; es lo mismo que deseo para mí y espero lograrlo.