Hace poco fui a una charla sobre el amor idealizado. Era la primera vez que asistía a una reunión de lesbianas y mujeres bisexuales.
Llegué a la dirección, pregunté si allí era el MHOL y entré, luego que me confirmaron el lugar y la charla. No hay registro, sólo se ingresa, se da un aporte voluntario, un sol y listo. No preguntan nada, excepto si eres nueva; la que preguntó fui yo. ¿Eso es todo?, ¿algo más?; respuestas: Si, no. ¿y esto? - les pregunté por la revista - la que me atendía, tomó un ejemplar de cada una de las revistas que tenía en su escritorio y me las dio, dijo algo, pero no recuerdo qué. Y allí quedó, no más preguntas, no más respuestas. Una acogida fría, indiferente al principio, parece que no se fijan en ti, pero te dan una revisión completa y luego olvidan que te vieron, te vuelves invisible hasta que en la charla te visibilizan. Talvez eso hacen con las nuevas, la próxima vez lo sabré.
Cuando entré al salón, habían algunas chicas al costado; sillas apiladas en un rincón para disponer cada uno a medida que llegaban y la nueva (YO). Me puse casi frente a la pizarra, pues de costado nunca me ha gustado; las chicas estaban de costado, por ende me alejé un poco (bueno, bastante). Empezé a ojear la revista, pues era dificil entablar comunicación con las que estaban en el salón, parecía un grupo muy cerrado, les hice una pregunta y la respuesta fue un tanto hosca. Y cada vez que llegaba alguien buscaba a su gente, a su grupo. Yo concentrada en la revista, pero sin perder de vista a lo que ocurría a mi alrededor. Me hizo recordar las épocas del colegio, las chicas buscando sus grupos y yo manteniendo la distancia de todas ellas, sin formar un grupo en particular, hasta que llegaba una de las chicas (podría decir una amiga), con quien siempre formábamos grupos de trabajo y se sentaba a mi lado, luego venían las otras y yo me aislaba mentalmente cuando las conversaciones giraban en torno a temas que para mí no eran relevantes (chicos). Pero eso era en el colegio. Esta vez, era diferente, de chicos era lo último que se iba a hablar. Algo de la revista llamó mi atención, debía llevarla a casa para leerla con más detenimiento; fui a preguntar si podía llevármela y me dijo, quien me atendió cuando entré, que sí y que no tenía costo. Volví a entrar al salón y se escuchaba más barullo del que dejé, los grupos estaban formados, pero algunas, aisladas y en absoluto silencio. Mientras yo, frente a la pizarra con los ojos en la revista y con una pequeña porción de ellos en el ambiente que me rodeaba.
Empezó la charla, empezaron las presentaciones, algunas chicas seguían llegando y luego ya no volvieron a llamar a la puerta, al parecer el grupo estaba completo. De ellas, algunas tienen asistiendo 15 o más años, otras como yo, pocas veces. Las menores de edad no pueden entrar sin tener un permiso expreso de sus padres o apoderados; esto me hizo recordar al foro, donde solo pueden entrar mayores de edad; Me hubiese gustado decirles que no había ningún problema con la edad, pero la ley lo dice y la ley se cumple. En el caso del foro, como es virtual, se puede disfrazar la edad, pero en el contacto directo, a veces, la edad, se refleja en las caritas. Había una chica con la carita bien lavada, parecía de 16, y es por eso que los documentos eran necesarios, pero se excusó diciendo que recién había cumplido la mayoría de edad (los 18), se iba a retirar, pero al final, su amiga, con quien había ido (más o menos de su edad 18), le hizo un gesto de "quédate por favor" y se quedó.
Luego vinieron las dinámicas de grupo, se fue formando el ambiente. Los diferentes criterios y conceptos para una palabra, para un sentimiento y las bromas casi en serio de quien dirigía la reunión (no recuerdo su nombre, para variar). Yo trataba de entender las cosas, algunas bromas no las comprendía, pues a veces no sé distinguir entre falta de conocimiento con una broma de carecer de él. Trataba de que mi cerebro se ubicara. Ahora que lo pienso, me digo que estoy demasiado parametrizada. El mundo me es distinto y no sé, a veces trato de entender pero viví tanto tiempo en mi propio mundo, muy diferente del real, que a veces no entiendo nada o casi nada. Habían conceptos que para mí eran implícitos, pero se tenía que ser explícito. Como por ejemplo, el que si estás con alguien, te ame; se supone que si estás con alguien o alguien está contigo es porque hay amor, sino para qué estar, pero en este caso se debía colocar como un prerequisito indispensable en la pareja ideal. Bueno, ahora que lo pienso, tienen razón, debería ser un prerequisito, pero el amor se va formando poco a poco cuando las características de la relación lo permiten. Sin embargo, no es el tema de hoy.
Al principio, cuando la moderadora decía "...lesbianas..." me parecía raro, extraño; me hubiese sido más natural que dijese "...chicas..." o "...señoritas...", no lo sé. Pero luego, era divertido, porque ante esa palabra, todo el barullo en el que se encontraban las chicas se volvía en absoluto silencio, dispuestas a atender las indicaciones de la moderadora. La palabra "lesbianas" nunca la había escuchado tantas veces; en una reunión de heteros no se les dice "heteros", no sé, pero el simple hecho de decir: lesbiana, heteros o lo que fuere, me suena a separación, discriminación, y tantas veces repetida es incómodo. No porque sea algo malo u ofensivo, sino porque, considero, que el ser lesbiana no da ni quita al ser persona. No sé, yo y mis rollos. Supongo que será cosa de acostumbrarse. Sino me acostumbro, la puerta está abierta para salir así como entré. ¡Simple!.
Todo era nuevo para mí, un mundo con sus propias reglas, con sus propios adjetivos, y a la vez, un grupo como cualquier otro. Un grupo de chicas a quienes nos une algo en común, nuestra preferencia sexual. Durante la charla, no me sentí encajar, las frases, las preguntas, la forma de decir las cosas, a veces con brusquedad, otras hacían olvidar que la anterior había sido dicha con rudeza. Pero, es mi apreciación, mi falta de costumbre a esa forma de trato (no durante todo la charla, pero sí por momentos)
Luego de la charla, me dispuse a retirarme. Una de las chicas me dijo, ¿quieres ir de campamento? y yo, un poco extrañada le pregunté ¿cuando? - este fin de semana- respondió. Lo siento - le dije apenada - en verano, genial!. Luego otra chica del grupo me dijo que iban a ir a comer, y si me unía. Claro - contesté sonriendo, pues el alboroto que se estaba armando por lo del campamento, me causó gracia, era un bonito espectáculo verlas entre bromas y juegos tratando de organizarlo - y luego pregunté - ¿dónde?. Antes de contestarme, entre ellas empezaron a comunicarse: con señales, un sinfin de palabras, gestos, movimientos corporales, en fin, al final en su propio lenguaje, decidieron, y fue mucho más rápido que lo del campamento; sería en un chifa, uno que quedaba a media cuadra. El campamento se dejó de lado y salimos a comer.
Las que llegamos primero ayudamos al mozo a colocar las mesas para todo el grupo. Once chicas (lesbianas y/o bisexuales), nos sentamos en 3 mesas. Organicé los platos y la cuenta para facilitar el pedido y ahorrar tiempo de servicio. Mientras llegaban los platos, la conversación empezó y continúo un poco más allá de terminar de comer; se habló de todo un poco, desde el sabor de la comida hasta de pasivas y activas (tema para otro día), e incluso hice una apuesta, sober una película (para aclarar), me toca pagar, pues la perdí y en buena lid :).
Uno de los temas, tocados sin importancia, fue la marginación que había sufrido una que otra en algún lugar, lo contaban como anécdota y no recomendaban el lugar ni a sus amigos heteros; pero a mí me gustan los desafíos así que probablemente vaya un día para comprobar una teoría (jajajajaja).
En resumen, puedo decir que, si bien durante la charla, no me sentí muy cómoda, sí ocurrió durante la dinámica de grupo. Pero más cómoda me sentí durante la cena. De esa reunión quedó una linda experiencia, nuevas cosas aprendidas y una salida pendiente para este viernes :). Y para variar, tan despistada yo, no recuerdo ni un solo rostro, ni los timbres de voz. Solo la sensación de estar en buena compañía :) y eso me gusta :)
En reunión...
jueves, agosto 26, 2010 |
Categorías:
colectivo
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Sph
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