Quién es más fuerte?

Anoche fue una de esas noches donde sencillamente fue la prolongación de un martes, pero no era martes, y una amiga me dice, entre otras cosas, que soy más fuerte que ella, y le pregunté el por qué, me dijo que era porque cuando tengo problemas me encierro e intento disiparlos con otros quehaceres, y ella no es así, y que no soy la misma de antes, la que conoció.

Quise decirle que la que conoció no era la de antes, ¿estoy volviendo a ser lo que fui?

Veamos las etapas:

Solitaria: hasta hace 6 años
poco abierta: durante 4 años
aislamiento: un poco más de un año
abierta: menos de un año
¿qué queda ahora?

Expresiva: menos de un año


Sólo para aclarar, la persona con la que me liberé afectivamente fue con una hermosa mujer que me trajo de cabeza, que fue mi compañera de aventuras por una temporada de mi vida, con ella comunicativa, con los demás enigmática, siempre reservada, siempre la frase perfecta en el momento preciso.

La hermosa mujer se marchó y me sumergí en el aislamiento completo, no entendía el mar de cosas que me pasaban y terminé buscando una salida: buscar gente con cosas en común.

Demasiado amor por dentro, demasiadas cosas guardadas, demasiado por dar, me hicieron expresar emociones, sentimientos y demás pero no con todos, para mis amigos cercanos sigo siendo enigmática, reservada, y siempre la frase perfecta en el momento preciso, pero con grandes abrazos, ese es otro enigma, no entenderían si de pronto empiezo a conversar de mis cosas. Con las nuevas personas que llegaron a mi vida, mis amigas, he sido como soy, lo que realmente soy, nada de máscaras ni poses, no era necesario, con ellas no, empecé a descubrirme, a entender cosas que yo ignoraba de mí, y otras sencillamente era para afirmar que tenía razón. En esta etapa estoy ahora, creo que al final de ese etapa porque me estoy cerrando de nuevo, pero no en todo, ¿en qué lo estoy haciendo?, no lo he evaluado aún.

Durante esta etapa, sé que he lastimado a alguien que también me ha lastimado, mucho o poco, eso lo evaluará ella, pero sobre todo me he lastimado a mí misma. Con ella aprendí mucho, rebasé límites, me descubrí y confirmé cosas de mí. A ella la quiero, la quiero mucho, pero hay cosas que se hacen o se dicen que cuando no se está dispuesto a ser abierto de verdad, no hay marcha atrás, así que aunque la quiera no está conmigo, la extraño, pero se ha ido; me siento fatal porque no sé nada de ella, pero respeto el distanciamiento que puso; la quise para mí, la quiero y la querré un tiempo más, ¿cuánto? - no lo sé -, sólo el tiempo lo dirá. Hoy estoy así, dándome el tiempo y el espacio para extrañarla, para sentir su ausencia, para lo que necesite hacer mi ser, estoy encerrada.

No comparto con todos lo que siento, y a veces me sumerjo en un silencio profundo pero no es porque yo sea más fuerte, sino porque no tengo palabras para expresar cuando es mi alma la que se está expresando y no deseo que la sientan cuando ha caído en un pozo profundo. No me gusta que me sientan así porque aunque no lo crean por el chat también se siente lo que la otra persona está sintiendo, es como si la forma de escribir nos transmitiera la energía que fluye sobre todo su cuerpo y lo sentimos, o será que algunos somos más sensitivas que otros, no lo sé, pero a mí me pasa.

Anoche esta amiga estaba triste, quise que se quedara para conversar, pero de ella, no de mí, pero ella quería alguien con quien conversar y lamentablemente yo ayer no estaba a esa hora con ánimos de hacerlo con la exclusividad solicitada y me permití ser egoísta, la dejé ir. Me sentí mal pero lo que traía dentro era más profundo que ganó en esa batalla. Cuando pasan esas cosas me dan ganas de cerrar todo, porque siento que al sumergirme en mi propio yo, lastimo a otras personas y eso no me gusta, sin embargo hoy de nuevo regresé, pero estoy como ayer, sin muchas ganas de hablar, quizá me diga, ponte en otro estado para no hablarte, es que tampoco se trata de eso, a veces un "hola" es más saludable, más acompañador, más reconfortante que la conversación de una tarde completa, no lo sé; sólo sé que para expresar mis cosas no estoy, al menos no en este momento.

En fin, son días que pasan, no es martes y estoy como si fuese martes, al final ¿quién es más fuerte?, yo soy débil, demasiado débil, y esa debilidad me hace fuerte.