Explotó!!!

A casi 20 días de tu partida, para no volver más en esta vida, explotó todo. Todo lo que contenía muy dentro. Toda esa rabia que he sentido estos días, rabia confundida con otras emociones que me dejaban agotada y con una profunda tristeza que no entendía, tampoco tenía tiempo para ponerme a pensar en eso. Pero hoy, entre estas cuatro paredes, explotó. Explotó el dolor en lágrimas incontenibles, y el consecuente reconocimiento que te extraño y que te extrañaré por un tiempo más.

Fuiste lo más parecido a un hermano, fuiste parte de esa familia extraña que conforma mi familia. Estábamos ligados por la sangre pero eso no bastaba para ser familia, a veces fuimos como dos extraños; otras como primos, un poco más cercanos; y algunas veces, fuimos como hermanos. Y ese cariño de hermana es el que hoy ha aflorado porque no perdí a un primo, perdí a un hermano y me duele que ya no tenga la posibilidad de verte alguna vez más.

¿Sabes?, odio el maldito dinero. Para ti no es nueva, pero te lo confirmo una vez más. Fue lo que al final nos distanció y la gente se valió de eso para sembrar un distanciamiento mayor. Tú queriendo dinero que no era tuyo y yo defendiendo lo que no era mío. Tú protegiendo a quienes querían más dinero del ganado, yo enfrentándome a ti para evitar que solapes a ladrones. Cuando no había dinero de por medio, éramos familia; cuando éste se mostraba, nos distanciaba. Y al final, te fuiste y yo me alejé. Tomamos caminos diferentes, nadie se quedó, ambos perdimos; tú te fuiste sin dinero y yo, yo me quedé sin un hermano.

Hoy ya no estás, ya no te veré más. Ya no entonaremos ninguna canción y no levantaremos la mano para saludarnos a la distancia. Simplemente, ya no habrá más recuerdos tuyos que mi mente guarde para los años del cabello cano y hoy, reconozco que me duele. Y al pensar en ti, de pronto, los recuerdos que eran nostalgia se transformaron en estallar en llanto, reconociendo que no murió un primo cualquiera, sino que murió un hermano.

Hasta la próxima Roger, que Dios y el universo te acojan. Y si regresas, regresa en la época en la que yo también regrese, pero regresa como un hermano. No olvides aprenderte el Condor Pasa con la quena, así cuando la toques, sabré que eres tú, y te abrazaré muy fuerte, diciéndote: "te quiero mucho hermano mío".