Una escena tierna

Qué tierno espectáculo tuve la oportunidad de apreciar anoche. El amor mostrándose con un poco de timidez, quienes protagonizaban la escena ocultaban el rostro, pero no ocultaban que el amor fluía.

Yo estaba en el micro, era la segunda vez que iba a visitar a una amiga. Estaba lloviendo en la cuidad, la lluvia limeña. En Larco suben un par de personas al micro y se sientan en el asiento de mi costado. La que estaba para el pasillo se inclina para acurrucarse en el pecho de quien estaba a la ventana, y la abraza como no deseando separarse; la otra persona, la rodea con el brazo y empieza a acariciar parte de su espalda, como brindándole protección. Una ocultaba el rostro en el pecho de la otra, mientras la otra se cubría el suyo con su larga cabellera ondulada. Para pagar el pasaje se separon, contaron el dinero y le entregaron al cobrador, para luego, volver a la misma posición con la que empezaron el viaje. El cobrador miraba al asiento de rato en rato, yo lo observaba. Yo las vi dos veces: la primera estaban en mi línea de vista, mientras trataba de pensar si me bajaba para comer algo al paso; la segunda cuando pagaron la cuenta. Y por último, de reojo, pues la mirada del cobrador me llamó la atención. No me había percatado que eran dos mujeres, hasta después que pagaron el pasaje. Me faltaban como 20 cuadras para bajar desde donde ellas subieron, bajé y ellas se quedaron. Yo me fui con la sonrisa en los labios, con la capucha de la casaca puesta para evitar mojarme, y ellas deben haberse ido abrazadas con el corazón latiendo a mil por hora. ¡¡¡Qué lindo es el amor!!! y mucho más bonito es mostrarlo.